Sinopsis:
El amor es lo contrario de la muerte, expresó alguna vez Alejandro Dolina, aquel genial pensador argentino; y no le falta razón, ya que, cuando no lo tenemos y sufrimos por su ausencia inevitablemente nos sentimos como si nos estuviéramos muriendo. Al mismo tiempo, como dice un tango, debería estar prohibido haber vivido y no haber amado. Aunque duela.
Porque es un mito que el amor sea sinónimo de mariposas en la panza, ángeles danzantes y corazones saliéndose por el pecho; porque es mentira que el amor sea hermoso, perfecto, lo mejor de nuestras vidas.
O mejor dicho, lo anteriormente expresado es una verdad a medias. Porque el amor también duele, no lo puede todo, tiene condiciones y límites y para nada es eterno. Porque el amor tiene un lado B, y de ese lado oscuro del amor nos habla Gabriel Rolón en este libro.
Este psicoanalista argentino, que antes publicó también con éxito Historias de diván, Palabras cruzadas y la novela Los padecientes, tiene la capacidad de presentarnos de forma sencilla y amena temas psicológicos que resultan difíciles de comprender a aquellos que en pleno siglo XXI aún consideran que hacer terapia es de locos.
Porque estamos ante un libro para personas con mentalidad abierta; y aun aquellos que tienen una apertura de pensamiento pueden encontrarse con ciertos temas que les resulten chocantes; ¿Es el amor tan solo una trastorno de la percepción? Tal vez ¿Es lo mismo el enamoramiento que el amor? ¡No! ¿El amor es malo o bueno o las personas le generan esa fama? Ajám… ¿La infidelidad es sinónimo de falta de amor? Mmmm…
Pero sin lugar a dudas el punto que más me llamó la atención es aquél que se refiere al amor y al deseo; Rolón considera, o deja a entender, que el amor y el deseo no siempre van de la mano, que se puede amar a alguien y desear a otra persona, que el deseo es hacia un objeto y el amor es algo totalmente diferente, ubicado en otro nivel más elevado que el simple deseo, ese que está más cerca del lado animal del hombre. ¿Interesante, no?
Y no tengo nada más que contarles, solo recomendarles la lectura de este buen libro y dar por cerrada esta reseña que no se extenderá más, así como una sesión de terapia, que termina cuando menos lo esperamos, aunque con la diferencia de que aquí no tienen que pagar nada al salir.
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